Barranquilla, Colombia,
27
de octubre de 2019
Por: Víctor de los Santos Alemañy
En las elecciones llevada a cabo en el
día de Hoy, 27 de
octubre
de 2019, quiero hacer justicia
destacando la excelente labor de la
Fiscalía General de la Nación en
Colombia. A través de su unidad
URIEL, logró la confianza ciudadana,
quizás por primera vez en su historia,
el cual dio como resultado una cantidad
grande de arrestos y sometimientos
penales por delitos electorales.
Todo esto, gracias a las denuncias
ciudadanas, a los que pregonaron por las
redes sociales y este medio, la forma
rápida y sencilla de denunciar fraudes y
delitos. Esto es un paso de avance
en la confianza ciudadana en su
Fiscalía, no como un ente represor, sino
como uno de justicia. Cabe esperar
que esa confianza se mantenga o crezca.
Por otro
lado, ha triunfado la democracia y la
paz en este día de elecciones.
Relativamente, todo surgió en paz y
tranquilidad, excepto algunos casos
aislados en el cual la policía
intervino.
Dejo para lo último, lo
que para muchos será una mala noticia y
para otros buena.
El triunfo lo obtuvo
mayormente el continuismo, la izquierda,
y los homosexuales. La nueva
alcaldesa de Bogotá, Claudia López,
lesbiana, celebra con su pareja,
Ángelica Lozano, dándose un beso como
pareja, y un grupo de seguidores
apoyándola.
Ningún homosexual o
lesbiana, y la mayoría del continuismo
político, defienden la familia, lo cual
es el mayor objetivo de la comunidad
cristiana en Colombia, tanto evangélicos
como católicos. Esto representa
una posible incertidumbre para los
valores morales en Colombia. Pero
eso fue lo que eligió los que viven en
Bogotá, y el resto del país.
Es muy interesante
preguntar, ¿qué pasó con los cristianos
evangélicos que son 10 millones de
votantes más los simpatizantes del
cristianismo práctico? La repuesta
es simple, están desunidos, esparcidos,
los más religiosos dicen que la política
es del diablo. No hay unidad, cada grupo
está separado. Y en algunos casos,
han dado falsas profecías indicando que
unos que perdieron horriblemente,
supuestamente ya Dios le había hablado
diciéndole que sí ganarían. Esto
es falsa profecía o falso profeta.
Pero lo desfavorable no
termina ahí. Aproximadamente la
mitad o un poco más del electorado no le
interesó salir a ejercer el derecho al
voto. Unos dicen que no creen en
nadie, otros no les importa y toman la
decisión de que los demás decidan por
él, y otros argumentos, pero el
resultado es el mismo. Aunque no
suene nada simpático, están haciendo
igual como muchos religiosos, metiendo
la cabeza en la tierra como el avestruz
para huir y no saber de problemas.
¿Aprenderemos de esto o
seguiremos apático a la realidad?
Declaraciones importante de parte de una
representante del pueblo evangélico en
Colombia.