Asesinado del Alcalde en
1993 Considerado el mejor
alcalde de Casanare en ese tiempo, Juan
Hernando Urrego Cristancho, de 33 años,
médico cirujano de la Universidad
Nacional, quien había llegado a la Alcaldía de
Aguazul por el Movimiento Cívico Independiente y
había encabezado la defensa del proyecto del
Fondo de Regalías, fue asesinado supuesto grupo
ELN el 19 de diciembre de 1993, a las
4:40 de la tarde, cuando regresaba de inaugurar
una escuela en la vereda Bellavista, a 30
kilómetros del casco urbano de Aguazul.
A esta fecha ya se sentía el miedo en el
Casanare, durante el periodo 1995-1998 este
territorio fue zona de ntensos combates y
escenario de continuos asesinatos perpetrados
por grupos paramilitares que lograron eliminar
la presencia guerrillera en el municipio,
excepto por la región montañosa.
Fue tanta la violencia que en años
posteriores el municipio ganó el tristemente
célebre título de ser el municipio más iolento
de Colombia, ya que Aguazul fue, en relación con
su población, el lugar con mayor criminalidad
del país en 2000 y 2001.
Quienes vivían en Aguazul entre 2002 y 2004
estaban expuestos a ser asesinados. A cualquier
hora, integrantes de las Autodefensas Campesinas
del Casanare -Acc- llegaban a billares,
estaderos, plazas de mercado e incluso asaltaban
vehículos para raptar a sus víctimas. Todas eran
señaladas de colaborar presuntamente con la
guerrilla o con el Bloque Centauros de las
Autodefensas, con quien tenían una pelea casada
por el territorio.
Así lo contó el que fue jefe de sicarios de
las Autodefensas Campesinas del Casanare, José
Reinaldo Cárdenas Vargas, alias Coplero, en una
versión libre de Justicia y Paz, en la que
relató cómo sus hombres asesinaron a cientos de
personas inocentes, sin saber si eran o no
guerrilleros o informantes del Bloque Centauros.
“No tenía certeza de esos señalamientos. Yo
sólo cumplía órdenes”, dijo alias ‘Coplero’, en
la versión en la que aceptó 16 crímenes.
Las dos personas que le ordenaban asesinar a
personas en esa población del Casanare eran Luis
Eduardo Linares Vargas, alias ‘HK’, segundo al
mando de las Acc después de ‘Martín Llanos’ y
señalado por ‘Coplero’ de elaborar los listados
de las víctimas. “Él sabía hasta cuando uno se
tomaba una cerveza. Tenía informantes entre los
ganaderos, taxistas y arroceros”. Y Josué Darío
Orjuela, alias ‘Solín’, el jefe de las urbanas
de las Acc y quien tenía más contacto con
‘Coplero’.
Los asesinatos y desapariciones en Aguazul
cumplían un patrón: ‘HK’ o ‘Solín’ elaboraban
las listas de víctimas, se la entregaban a
‘Coplero’ y este, a su vez, ordenaba las
retenciones a sus subalternos: alias
‘Chocolate’, ‘Toro’, ‘Malasombra’, ‘Camargo’, ‘Tribilín’,
‘Chíspiro’, ‘Menudencias’, ‘Polocho’, ‘Pintado’,
‘Gavilán’ o ‘Candela’. Las víctimas eran
llevadas a fincas, interrogadas por varios días,
y luego asesinadas y enterradas en fosas.
La presencia paramilitar de las Autodefensas
Campesinas de Casanare, cuya base de operaciones
se encontraba
en los municipios aledaños de Villanueva y
Monterrey, se mantuvo por seis años,
posteriormente fueron
erradicados de la zona por las Autodefensas
Unidas de Colombia AUC, causando la muerte a más
de 3.000
personas.
De 1995 al 2008 Los alcaldes habían recibido
más de 600.000 millones de pesos, producto de
las regalías petroleras y los organismos de
control investigaban varios casos de posible mal
manejo de esos recursos. Es tal la desconfianza,
que por casi un año el gobierno nacional
suspendió el giro de las regalías. Y como si
fuera poco, existió la duda de si la Alcaldía de
Leonel Torres entregó a los paramilitares parte
de los 247.000 millones que han estado a su
cargo. Los temores se sustentan en testimonios
de hombres de confianza del cabecilla Martín
Llanos, quien controlaba esta zona y que fue
sacado de la región en 2005 tras perder una
cruenta guerra con otro grupo paramilitar.
La declaración que más compromete a Torres
proviene de alias 'Salomón', quien asegura que
Torres era "como de la familia y de la nómina
paramilitar". Además, Salomón reveló pactos
firmados por cinco alcaldes de la zona en los
que se comprometieron a entregar hasta el 50 por
ciento de los dineros recibidos. En Aguazul los
pobladores no se atreven a hacer señalamientos
tan contundentes, pero sí destacan que en este
período no se han visto las inversiones de otros
tiempos.
El Alcalde fue enfático en decir que no tuvo
relación alguna con el grupo ilegal, y asegura
que en su administraciónno ha habido corrupción.
Explica que sus inversiones se concentran más en
lo social que en obras de cemento.
Que el Alcalde sea tan enfático al negar
cualquier relación con los paras produce aun más
inquietud sobre lo que pasó. ¿Era posible
administrar el pueblo más rico en regalías de
Colombia, en plena zona paramilitar, sin tener
alguna clase de concesión con éstos? ¿Cómo toda
la comunidad sufrió esta influencia, como el
mismo ex -Alcalde reconoce, sin que tocara su
administración?
Después de esto, Aguazul cayó en una época de
congelamiento y ansiedad, ya que el siguiente
alcalde, el señor José
Mauricio
Jiménez Pérez,
más conocido como "El Patón" fue arrestado la
noche del 11 de octubre del 2008 por
presuntos nexos con paramilitares; Pero al
alcalde no se le investiga por su actual
administración que debería extenderse hasta
2011, sino por la que ejerció entre los años
2001 y 2003.
La investigación se adelantó en contra del
alcalde ya que para la Fiscalía es evidente que
tuvo una íntima alianza con el grupo de
Autodefensas Campesinas del Casanare comandadas
por Héctor Germán Buitrago, alias Martín Llanos,
que se convirtió en una “bien definida empresa
criminal” que pudo haber conducido a la
desaparición forzada de unas 1.500 personas,
al reclutamiento de menores y adultos para los
paramilitares y a secuestros, homicidios y
extorsiones.
Durante la administración de Álvaro Uribe Vélez
como presidente de la Republica, este ordenó
retomar el control de la fuerza pública en los
llanos orientales y con la intervención del
ejército de Colombia y la Policía nacional
volvió la seguridad y la tranquilidad a Aguazul.
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