¿Qué
es la juventud? ¿Qué es la vejez? Esa son preguntas que
muchos se hacen, en especial los jóvenes que se creen
serán jóvenes por siempre. Aquí vamos a explorar un
mundo maravilloso que nos ha rodeado siempre, pero
nosotros, en nuestra ceguera no hemos visto, pero hoy lo
veremos.
Antes de entrar en la historia de mi madre, Gladys
Alemañy Goyco, vamos a definir lo que es
juventud y lo que es vejez.
Juventud
La juventud (del latín iuventus) es la
edad que precede inmediatamente a la edad adulta y se
sitúa después de la infancia. La Organización Mundial de
la Salud postula que la juventud comprende, en general,
el rango de edad entre los 10 y los 29 años. Abarca la
pubertad o adolescencia inicial (de 10 a 16 años), la
adolescencia tardía (de 17 a 19 años) y la juventud
plena (de 20 a 24 años). El 12 de agosto es el Día
Internacional de la Juventud. La fecha fue proclamada el
17 de diciembre de 1999 por la Asamblea General de las
Naciones Unidas.
El término juventud también puede referirse a los
primeros tiempos en la existencia de algo, y puede ser
sinónimo de energía, vigor y frescura.
La verdadera juventud
Estos son los términos que hemos escuchado, aprendido o
simplemente de lo que estamos convencidos. Pero vamos
ahora, usted me acompaña en esta visión, a lo más
profundo, al valor real en la vida.
La juventud real no es física, y no depende de la salud
o enfermedad, es un estilo de vida, es la energía y la
actitud mental y espiritual de una persona, no
importando la edad. En nada tiene que ver con sus
conocimientos o ignorancia académica, o con su edad
física.
La verdadera juventud es un espíritu alegre, es una
actitud con energía positiva, con buenas actitudes, con
metas, con propósitos en la vida. La juventud produce
buenos frutos, y cuando pasa el tiempo, que adquiere más
madurez, se fortalece. La juventud hay que alimentarla,
mantenerla, renovarla constantemente.
Quizás muchos, con estas palabras se vayan renovando,
tomen la decisión de rejuvenecer su espíritu, su vida.
En este sentido, he sido testigo que aquellos que han
tenido un encuentro con Jesucristo, los he visto ser
transformado. Con esto no pretendo hacer proselitismo
religioso alguno, sino simplemente un testimonio.
Aún cuando la persona sufre una enfermedad como el
Alzheimer, cuya enfermedad afecta la mente, los
recuerdos y la coordinación con la realidad, aún así,
una persona de espíritu joven, del cual se desarrolló en
plenitud, refleja el rastro de lo que no envejece, el
espíritu, su legado.
Vejez
¿Cuál es la errónea, Vejez o Vejés?
La palabra correcta es Vejez. Sin embargo, Vejés se
trata de un error ortográfico.
El Error ortográfico detectado en el término vejés es
que hay un Intercambio de las letras z; s con respecto
la palabra correcta la palabra vejez.
La Etapa de la Ancianidad
Es la continuación de la etapa de la adultez y es la
etapa final de la vida. Se inicia aproximadamente a los
60 años de edad y tiene su evolución hasta el momento
del fallecimiento. A los seres humanos que están dentro
de esta etapa del desarrollo humano los denominamos
"ancianos".
Otro concepto, veamos:
Envejecimiento no es lo mismo que vejez.
Envejecimiento y vejez son dos conceptos bien distintos.
El envejecimiento es el proceso de llegar a viejo,
independientemente de la edad cronológica. ... Por
ejemplo: la vejez social comienza actualmente a los 65
años, en relación con la jubilación.
Otras definiciones que llevan a la vejez o la
ancianidad:
Cambios fisiológicos: las células envejecen,
cambia la estructura corporal, se pierde elasticidad
e hidratación en la piel (aparecen las arrugas).
Cambios en la salud: aumenta la prevalencia de
enfermedades (morbilidad y mortalidad).
La verdadera vejez
Ahora entramos en la dimensión que nos ha rodeado
siempre y que muchos no ven o no han visto, es la de ver
y entender lo que es la verdadera vejez.
La
verdadera vejez es lo contrario a la verdadera juventud.
La vejez es la ausencia de energía espiritual que nada
tiene que ver con la salud física. La vejez es un
espíritu decaído y derrotado, es una actitud de
autocompasión, es una alegría apagada o que solo
enciende de vez en cuando. La vejez es dejar de ser
productivo en ideas, en ayudar a los demás, en esperar
que alguien los ame y quiera, en vez de amar y querer.
La vejez, también incluye una actitud de mendicidad de
favores.
Hay jóvenes y niños que tienen el espíritu de vejez,
muchas veces causado por el ambiente emocional o
espiritual que lo rodea. Pero estos pueden ser
rescatados y rejuvenecer con ayuda suya, si eres de
espíritu joven.
Datos curiosos
El
bebé de meses de edad, ve como persona mayor al niño de
tres años de edad. El niño de tres años ve como mayor al
niño de 7 años, el niño de 7 años ve como mayor al de 13
años de edad, el de 15 años de edad ve como viejo al de
25 años de edad y anciano al de 40 años de edad. El de
40 años ve viejo al de 60 años. Y el de 60 años ve muy
viejo al de 80 años.
Por otro lado, el de 80 años ve al de 60 años como
todavía joven; el de 60 años de edad ve como joven al de
40 años; el de 40 años ve como muy joven al de 30 años;
el de 30 años ve como muy joven y sin madurez al de 20
años; el de 20 años ve al de 15 y 13 años como unos
mocosos; el de 13 años ve a menores de 8 como mocosos.
El de 6 años ve al de 2 años como un bebé.
La mujer a los 13 años quiere aparentar 15 y 16 años,
luego de los 24 años quiere aparentar menos edad. Todo
en términos generales.
El legado de Gladys
Gladys Alemañy Goyco, por circunstancias de la vida,
creció bajo el cuido de su abuela Manuelita. En sus
narraciones, me contaba con entusiasmo y alegría sus
primeros pasos hacia el éxito educativo. Cuenta que
cuando tenía 8 años de edad, era la maestra de los niños
que necesitaban refuerzo escolar. Lo que aprendía en el
salón de clases, cuando llegaba a la casa, tomaba una
tabla como pizarrón, una tiza, reunía varios niños, y
ella era la maestra que les enseñaba.
Siempre fue alumna destacada en donde quiera que
estudiaba, sea escuela pública o colegio. Se desarrolló
como poeta y discursos, y todos los años la escogían
para presentar los eventos importantes del colegio o
escuela.
En un curso de taquigrafía y secretarial, contaba
siempre y lo exhortaba a poner en práctica lo que
aprendió de un excelente maestro de escuela que tenía,
el cuál decía:
“La repetición hace la práctica, y la práctica la
perfección. ¡Repítalo!"
Entre los 15 y 16 años de edad, esto más o menos año
1943 al 1944, donde estalló la segunda guerra mundial y
ya el dictador Rafael Leonidas Trujillo llevaba unos 13
a 14 años en el poder, comenzó su práctica en la
educación. Esta historia ocurrió en Sabana Grande de
Palenque, que dos años después fue elevado a la
categoría de distrito municipal del municipio San
Cristóbal el uno de enero de 1945.
Gladys, junto a su abuela Manuelita, su consejera
filosófica de la vida, inició para dar clases en una
escuela rural del cual todos los maestros que iban
salían corriendo y sin éxito de lograr enseñar a esos
niños <salvajes>. Lo primero que hizo Gladys en el
primer mes de clases fue visitar el hogar de cada niño.
Fue y dialogó con cada familia e investigó su vida y la
vida del niño que iba a dar clases en la escuela.
Ya le habían informado a Gladys, y era de conocimiento
público en ese campo, que un niño como de 13 a 14 años
de edad, era el más terrible, desobediente, que
insultaba a los maestros y nadie lo podía soportar. Como
no recuerdo el nombre de ese niño que me dijo Gladys, le
voy a llamar Arturo.
Visitó Gladys la casa de Arturo, preguntó a sus padres
la vida diaria de Arturo. Sus padres le dijeron que lo
levantaban a las 5:00 de la mañana, tenía que ordeñar la
vaca, trabajar en los sembrados y una lista de tareas.
Gladys con autoridad le solicitó y hasta cierto punto le
prohibió y cito las palabras que recuerdo de Gladys:
- Yo soy la maestra que va a educar a su hijo. Yo quiero
su cooperación, necesito que no lo pongan a trabajar
antes de ir a la escuela. Necesito que le den un buen
desayuno, que se bañe antes de ir a la escuela, que le
consigan unos zapatos, no lo quiero ver descalzo, Quiero
que le recorten ese pelo que se ve desordenado y muy
feo.
Reunió a todas las personas de ese campo y a los
comerciantes para que cooperaran en construir una
escuela, aunque sea de tablas, y todo lo que se necesita
para el salón de clases. El Ministerio de Educación de
República Dominicana, tenía en el olvido ese campo. Al
cabo de tres meses la escuela estaba construida, con
pupitres, pizarra, puerta y ventana. Por lo menos un
buen salón de clases. Y fue entonces que empezó a dar
clases.
El terrible y temible Arturo, lo asignó como su ayudante
especial en el salón de clases y ejemplo de buena
conducta y disciplina. Gladys descubrió que Arturo se
había sentido con baja autoestima, se sentía inútil,
maltratado y mal alimentado.
Entre los niños y ayuda de algunos padres agricultores
hicieron un conuco (un sembradío) en la patio de la
escuela y cosechaban algunas legumbres y otros
productos.
Un año más tarde se recibió la visita de un alto
funcionario de Educación el cual elogió y felicitó a
Gladys. Luego Gladys continuó sus estudios y fue
escogida en varias ocasiones para ser la presentadora y
representante de Educación en República Dominicana,
antes dignatarios y embajadores en actos especiales del
Departamento de Educación.
A los 23 años de edad contrajo matrimonio con un hombre
que no fue el mejor, entre los varios pretendientes que
tenía, pero fue el más cuentista, ilusionista y
hablador. Esto ocurrió el diciembre del año 1952.
Luego nació su primogénito, el mismo que escribe. Los
psicólogos le decían a Gladys cuando su primogénito
tenía como 4 a 5 años de edad:
- ¡Ay Gladys¡ Resígnate, tu hijo no va prosperar, va
hacer como un retardado.
- Eso no es verdad. Ustedes se están equivocando, mi
hijo va hacer un gran hombre.
Gladys
inscribió a su niño en la escuela en la cual era
secretaria, en el curso de jardín infantil. EL niño era
tímido y retraído, se orinaba encima y estuvo con la
cabeza baja en su pupitre por 6 meses. A los 6 meses,
levantó la cabeza y dibujó con exactitud en su libreta
un dibujo que vio en la pared del salón de clases, a el
perro Pluto con un hueso. Cuando la maestra vio ese
cambio, salió como loca por los pasillos de la escuela:
- ¡Gladys, Gladys¡ Víctor levantó la cabeza e hizo un
dibujo.
Las palabras de Gladys a todos sus hijos fueron de
prosperidad, de metas, de elevar el ánimo. Nunca se lo
oyó palabras de insulto o denigrantes hacia sus hijos, y
tuvo ocho hijos.
Se desarrolló como poeta y escritora, columnista de
prensa. Tanto en República Dominicana, como El Caribe y
otros medios. En Puerto Rico, se destacó con artículos
de prensa en los periódicos El Vocero y el Nuevo Día.
Tomó varios cursos, diplomados y capacitaciones en
varias universidades en Puerto Rico, como la prestigiosa
Universidad de Puerto Rico. Alcanzó la distinción de ser
ejecutiva en Banco de la Vivienda, luego llamada
Vivienda. Fue representante diplomática de estas
agencias de gobierno ante actos oficiales de gobierno
con la participación de dignatarios y embajadores de
diferentes países.
Era una fiestera familiar de primer orden. Se celebraba
por lo alto, a nivel familiar, los cumpleaños de todos
sus hijos, esposo, abuela y todas las festividades del
año, como día de la Madre, del Padre, Acción de Gracias,
y una lista de actividades.
Nunca se entrometió en la vida familiar de sus hijos y
quiso a todos yernas y yernos.
Como dato sobresaliente a todas las mujeres, el esposo
de Gladys, su primer novio y único esposo, no fue una
persona emprendedora o visionaria, ni tampoco de mucha
responsabilidad como esposo, pero eso no fue obstáculo
para ser una emprendedora y visionaria.
De todos sus hijos, fui yo el que hacía lo que le
apasionaba, el ser poeta, escritor, orador y visionario.
El dialogo, decisiones y visión de futuro lo
compartíamos. Por esa diligencia y actitud, tuvo Gladys
el dinero y el bienestar para pasar mejor en los últimos
días de su vida. Económicamente no dependió de nadie
para su cuidado en salud y bienestar.
Gladys amó a sus hijos y hermanos hasta el final de sus
días. Hasta que llegó la mañana del día 27 de diciembre
de 2019, en que partió de esta tierra hacía un futuro
glorioso dejando un legado de amor y amistad, una lista
de escritos.
De estos escritos, he podido rescatar algunos, los
cuales les presento a continuación, lo cual puede
descargar y publicar.
La próxima vez que usted vea lo que usted considera un
anciano cerca de la muerte, tenga la visión de ver su
legado a la humanidad y el amor que deja esa persona.
Publicaciones de Gladys Alemañy Goyco, poeta,
declamadora, oradora, escritura.